Seguramente éste sea un artículo de opinión que, sin pretenderlo, tenga una temporalidad muy corta. Adolfo Suarez se va y seguramente mejor que sea así pero ni esta pragmática visión de la situación sirve para apaciguar el dolor de los más cercanos y la tristeza de todos. Nadie más, aunque afirmen lo contrario, que el Rey y Torcuato Fernández Miranda fueron capaces de ver en aquel ex-ministro de Franco y Secretario General del Movimiento, falangista convencido o no pero ejerciendo de camisa azul, al hombre que sería capaz de dejar lo atado y bien atado del dictador en una hoja de ruta capaz de llevarnos a casi 40 años de democracia. Ahora parece que lo que se hizo fue poca cosa y que casi no sirvió de nada. La constitución es abominable, los partidos políticos un club de corruptos y una merienda de negros y los ciudadanos más honestos y democráticos, como no creen en nada, se quedan en casa y critican que es mucho más cómodo y útil.
No hace falta defender nada de lo que unos y otros hicieron para llevar este país donde está a partir de donde estaba, personalmente, me parece un trabajo extraordinario y aquellos que pusieron las primeras piedras, errores incluidos, me han parecido y me siguen pareciendo personajes extraordinarios a los que vale la pena recordar a lo largo de la historia. No importa el color de su ideología si esta es honesta y salvaguarda del derecho de todos y cada uno a seguir opinando a través de los cauces que la democracia universal permite. Suarez es uno de ellos.
Hoy me hago una pregunta y me doy yo mismo la respuesta. ¿Cuántos hubiesen hecho lo que Adolfo Suarez hizo? ¿Cuántos de los actuales dirigentes del Partido Popular serían igual de garantes que el falangista, ministro de Franco y heredero de la dictadura, Adolfo Suarez? Viendo las manifestaciones constantes y sus actuaciones diarias, la respuesta es rápida: NINGUNO. De todos los ministros actuales, presidentes de autonomías, alcaldes y alcaldesas y cargos de diferentes niveles del Partido Popular nos hubiesen conducido hasta donde estamos tal y como lo hizo Adolfo Suarez.
Sin ninguna duda hoy podemos afirmar y yo, militante socialista y hombre de izquierdas convencido, sin Adolfo Suarez nada hubiese sido igual y el montón de páginas, algunas con mucha prisa y de mala manera, que hemos pasado, las tendríamos pendientes de superar.
Gracias Adolfo Suarez, espero y deseo de corazón que los avances tecnológicos no permitan que sufras el tiempo que te queda.
Como dijo alguien en un discurso muy banal: Que aprendan¡¡¡ Que n’aprenguin¡¡¡

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